En el primer post no pude pararme en
detalles, porque una introducción tan escueta no se los puede permitir. Pero
desde luego, no puedo abrir un blog sin hablar de Madrid, como dije, MI Madrid.
Leyendo una magistral entrevista a
Joaquín Sabina (lean que no tiene desperdicio http://www.jotdown.es/2012/09/joaquin-sabina-la-gloria-fue-la-mandragora-lo-de-despues-es-una-cosa-mas-bullanguera-mas-de-la-chusma/
), me sorprendió pensar como él en lo referente a la capital. Decía, y cito
textualmente: “Madrid nunca ha tenido una
lírica o una poética, porque a los madrileños que habían nacido en Madrid les
parecía, Madrid, lo más normal del mundo. Esa lírica la hemos hecho los
emigrantes.”
Completamente de acuerdo porque los
que llegamos de fuera, los pueblerinos, somos aquellos que quedamos encantados
con la cotidianidad que los de allí no saben apreciar.
Cuando llegué, hace 5 años, no podía
ni imaginarme todo lo que ese pueblucho castizo con poco de gran ciudad me
podía ofrecer. Pero me dejé envolver, cerré mis sentidos a cualquier juicio mal
formulado y me dediqué a entregarme a sus calles.
El primer año anduve de sorpresa en
sorpresa, todo lo que no me esperaba de Madrid salió a mi encuentro. Sus
calles, sus cafés, su templo de Debohd, su Gran Vía, su Palacio. Todo nuevo y
resplandeciente a la mirada ingenua.
Más tarde conocí sus noches, pero no
las comunes, no. De eso, ¿para qué hablar? Conocí las noches de los antros más
originales y divertidos. No puedo hablar de Madrid sin nombrar “La Antigua”
donde se retrocede a los mejores años de la música pero también a los peores y
donde he vivido momentos memorables.
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Como podéis leer: La Antigua, HappyPub |
El Ya’sta (http://www.yastaclub.net/) también tiene
lo suyo. Rock and roll, mucho maduro caracterizado, concursos de pin ups y una
capilla del rollo de Las Vegas, en la que oficia ceremonias un tipo llamado
Rafael Vis. Quise casarme, pero entre tanto temazo se me olvidó.
Pero vamos a lo profundo, al alma de
nuestra ciudad. Aunque Madrid parece un sitio previsible, no lo es en absoluto.
Hablando el otro día con Helen, mi amiga inglesa, me dijo que lo que más le
había llamado la atención era la locura de la gente y los “Menús del Día”.
Pues bien, yo no voy a recomendar un
“Menú” pero sí recomendaré una tranquila tarde por el centro para respirar esa
locura, esa chispa. Sin comerlo ni beberlo puedes encontrarte con estos grandes.
Son el Grupo Ernest, te alegran cualquier día rojo con su carisma y su
repertorio. Yo los encontré por casualidad, como todo lo que encuentro en esta
vida, y me quedé engatusada para siempre.
Seguiré hablando de Madrid, de MI
Madrid. Pero eso será otro día y a otra hora.
P.D. A todos los que habéis formado
parte de MI ciudad, va por vosotros.
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