8/5/13

Cambios

Ni siquiera ha pasado una semana desde que le dije adiós y ya la echo de menos. Sí, Londres se ha quedado marcada a fuego en alguna parte de mí y a pesar de sus ires y venires al final me hizo comprender la esencia del asunto.

Tengo que decir que me trató como lo haría el perro del hortelano, que ni come ni deja (los refranes siempre me han parecido una fuente de conocimiento infinito). Al principio muy bien, cautivándome poco a poco pero cuando me acostumbré me clavó el puñal por la espalda y las cosas se torcieron en mi vida o simplemente en mi mente.


Cuando decidí tomar distancia, descansar de su frenetismo y disfrutar de un periodo de vacaciones, me encontré a mí misma queriéndola más que nunca, agradeciéndole el haberme puesto personas tan increíbles en el camino, disfrutando de su belleza en primavera.

Me ha faltado tiempo para conocerla a fondo. Las interminables jornadas laborales y el frío han sido partícipes en mi falta de ganas. Pero mirándolo todo con perspectiva, he de confesar que sé que me ha querido y me lo ha ido demostrando sin que me diera cuenta.

Por otro lado, las experiencias son las que hacen la vida interesante. Yo soy de esas personas que temen el aburrimiento, como dice Beltrand Russell en La conquista de la felicidad. Me resulta muy complicado no tener un plan que me parezca interesante en los meses que están por llegar. Esto, sumado a mi pasión por la cultura hindú y a otros regalos de la vida, da como resultado un destino claro.

Redobles de tambores para anunciar que en un par de meses me mudo a Kathmandú, capital de Nepal. Hay muchos proyectos al borde de la ebullición que ya iré contando más adelante. Step by step, como dije al principio de la aventura.

En Abbey Road seguirá lloviendo porque continuaré escribiendo mis pasos, para mí o para quien esté interesado en seguirme. La diferencia es que ahora lo haré a los pies del Everest, o como es llamada en Nepal, Sagarmatha que significa "la frente en el cielo". Un cambio de 180 grados en mi destino que hace que mi subconsciente de saltos de alegría.

Pero no nos adelantemos, ahora estoy en España y voy a comerme el sol y a beberme la luna. La tranquilidad también se agradece, aunque espero no parar de planear.

Deseadme suerte.

3 comentarios:

  1. Estoy segura que Kathmandú te va querer tanto e incluso más que la capital inglesa. Toda irá fenomenal "step by step".
    PD: ( I miss you from Brockley)

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  2. Volver por aquí y enterarse de que tu vida londinense acabó me da cierta nostalgia.
    Leer tus post londinenses, esa nostalgia, transmitirnos esa vida, los días grises, la lluvia... Tengo que decir que ha sido de lo más bonito que he leído por la red. No nos conocemos (a lo mejor de vista) pero has hecho que te envidiara, que se me pusieran los ojos vidriosos por querer sentir eso, ese cambio de vida, de aires.
    Siempre pensé que Londres sería mi ciudad, y contigo he podido vivirla y sentirla.
    He de confesar que tus palabras, tu forma de escribir y de vivir me ha enamorado.
    ;)

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    Respuestas
    1. Me alegra que te haya enamorado la que fue mi ciudad por mis palabras. Ha sido una experiencia muy positiva que me ha llenado de energía para coger el toro por los cuernos y dedicarme a vivir. Pero cada ciudad es un mundo, y hay que conocerlas y encontrarles el encanto. Sólo espero que sigas enamorándote de cada ciudad a la que vaya, porque significará que he encontrado la magia en ellas y las palabras para transmitirla.
      Gracias

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