Desde que me vine a Londres, el tiempo es algo que me ha andado sobrando. Y aunque cada vez tenemos menos citas, en nuestros escarceos aprovecho bien su compañía. Es como un arma de doble filo, cuando lo tenemos no le prestamos atención pero cuando no nos mira lo necesitamos con urgencia.
Por eso cada vez que puedo me aprovecho de él, intento exprimirlo al máximo y dejarme seducir. Estos momentos tan intensos que le he dedicado me han servido para encontrar verdaderos tesoros que quiero compartir. Hay para todos los gustos y para todos los amantes.