16/3/14

De historias y castillos



Ya lo iba necesitando. Por supuesto que me refiero a salir de la ciudad para hacer un poco de turismo aunque sólo fuese a una media hora del centro. Y es que, sin saberlo, al lado de Madrid podemos encontrar lugares impresionantes que pasan desapercibidos por estar un poco alejados.

Ese es el caso de Manzanares el Real, un pueblecito cerca de la Sierra de Madrid en el que ya había estado anteriormente. Me gustó tanto, que quise volver. No hubo ningún problema cuando se lo comenté a mi primo y a mi hermano (mis compañeros de piso y de vida) porque jugaba con una baza a mi favor: tiene un castillo.


Ellos, al igual que yo, son amantes de los castillos medievales y no me costó nada convencerlos. Y las dos señoritas que salen conmigo en la mayoría de las fotos que tengo de viajes son de las que se apuntan a un bombardeo y más si el plan es naturaleza, castillos medievales y fantasías de calles con ratas y tuberculosos.

Desde que era niña me han alucinado los castillos. Veía un programa en la televisión que se llamaba "La noche de los castillos" o algo por el estilo, en el que el objetivo era alcanzar la fortaleza y salvar a la princesa atrapada en alguna de las torres. Supongo que me imaginaba cuentos de princesas llenos de caballeros andantes, de mesas redondas y de promesas de amor eterno.

Hoy en día lo sigo haciendo. Pero llegados a una edad, buscamos ser los protagonistas de nuestras propias historias, así que en el trayecto de coche decidí hacer un vídeo para la posteridad. Eso sí, nada de princesas ni de príncipes azules. Gente corriente, en un lugar corriente, buscando lo extraordinario.

Aquí dejo las fotos del "cómo se hizo" y de los paisajes de alrededor. Recomiendo el lugar por sus paisajes, su castillo, sus aves. Además en esta época del año se fusionan la nieve en las montañas con las flores de los árboles y no puede ser más maravilloso.










2 comentarios:

  1. Me encanta. Me has alegrado el lunes. Digo...el domingo

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  2. Me gusta. Cualquier día maquead y subes el video en el que en la habitación del albergue de Cracovia medio cantamos "Con mis manos", de Bebe. En aquel viaje descubrimos las tres que esa canción era una alegoría a la masturbación femenina. Curiosa la simultánea ignorancia en la que nos hallábamos las tres (y medio mundo, de ello estoy segura)

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