24/1/19

Siempre vuelve a llover en Abbey Road


Foto de Pablo A. Mendivil

Llevo prácticamente 3 años sin escribir en este blog. Los blogs murieron hace más. Cerré esta casa de un portazo y jamás he vuelto a entrar, ni siquiera para quitarle el polvo o recoger alguna pertenencia. Huí. Le puse un par de sábanas viejas a los muebles y me escapé de un lugar en el que no pude ser más feliz. No sé si fue por miedo a los recuerdos, o porque simplemente no me quedaba nada dentro que me hiciera arder. El fuego se había apagado.

Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver”, pensaba cada vez que se avivaba alguna de las ascuas. Y le echaba agua, y la apagaba con fuerza. Y, ¿qué hago aquí hoy, tres años más tarde, volviendo a abrir la puerta con la mano temblorosa? Me estoy rebelando. Me estoy rebelando contra mí misma, contra las falsas creencias absolutas. Claro que tienes que volver al lugar donde has sido feliz. Y ser más feliz si cabe. Los blogs están muertos, vale, pero yo estoy viva y quiero seguir escribiendo.

No creáis que no me da miedo volver a entrar aquí, lo estoy haciendo muy poco a poco y con toda la prudencia que he ganado estos años. Pero ya estoy harta de no seguir el instinto. Voy a quitar las sábanas de encima de los muebles, voy a subir las persianas aunque me ciegue con la claridad repentina y voy a limpiar el polvo acumulado, que es mucho.

En estos tres años han pasado tantas cosas bonitas, que no sabría por donde empezar a contar. Tantos viajes, tan salvajes. Tanta vida, tanta magia. Tantas ganas. Por eso estoy aquí, porque esa ascua rebelde que nunca se apagaba, ha empezado a arder de nuevo.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende".

Que vuelva la chispa, que vuelva la magia y que volvamos a encendernos juntos.

Ana.

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