27/11/13

Angkor, Camboya


Lo sé, hay una cantidad de fotos increíble, pero me ha costado horrores hacer selección de imágenes de este día porque fue bastante intenso fotográficamente hablando. La ciudad de Angkor no se merece menos. Las palabras para expresar la exuberancia y la majestuosidad el lugar, sobran. Mirad las fotos, hablan por sí solas, incluso las imágenes tienen dificultad para contar lo que se siente al llegar a esa ciudad de templos.


Esta ciudad fue la que alojó varias capitales del Imperio Jemer entre los siglos IX y XV. Los templos están repartidos por toda la jungla, el terreno total que ocupan es de varias hectáreas, imposible hacer el recorrido andando. El hinduismo y el budismo fueron las dos religiones que los habitaron, intercambiándose a lo largo de los años. Cuando paseas entre las ruinas descubres muchos detalles que delatan que estas dos religiones han estado presentes.

Hay varias rutas dependiendo si quieres ver todos los templos o sólo los más importantes. Yo escogí ver la totalidad del lugar y no puedo estar más contenta. Los templos importantes Angkor Thom (el de las caras de la primera imagen) y Angkor Wat (el mítico, el de las últimas fotografías) son impresionantes, enormes, muy bien conservados pero los pequeños templos de alrededor tienen un misterio que no albergan éstos, o quizá es más difícil descubrirlo por haber tanta gente visitándolos.

Por eso si tuviera que elegir me quedaría con los menos populares. Es alucinante recorrer la jungla encontrando pequeños tesoros escondidos entre los árboles y estar prácticamente solo sintiendo la energía de otras generaciones e imperios. Absolutamente maravilloso.














En Angkor Wat, a pesar de la cantidad de gente, también encontré mi rinconcito de soledad y de conexión. Fueron muchos los minutos que pasé observando al pequeño monje mientras jugaba con su amigo escondidos entre las ruinas y buscando su momento. No paraban de reír, de sorprenderse y de admirar todo lo que tenían alrededor de la misma manera que lo hacía yo.




Si alguien ha jugado alguna vez a Tom Raider o ha visto la película, seguramente muchas de estas fotos le resultarán familiares, porque uno de los videojuegos estaba situado en este lugar (AQUÍ podéis ver el vídeo). Yo recuerdo perfectamente como jugaba con mis amigos de la infancia a la Play Station y me transportaba a esos lugares remotos en mitad de la jungla. Otro sueño cumplido.

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