Nepal no es sólo montañas. Hasta ahora para mí lo había sido, porque si había salido del valle de Katmandú había sido para hacer trekking por las montañas o para descubrir lugares como Pokhara que también está rodeado de ellas. Pues el fin de semana pasado cambié la montaña por la llanura y me adentré en un mundo desconocido para mí dentro de este país (lleno de sorpresas).
Chitwan es la jungla de Nepal, la llanura que no todo el mundo conoce. Es impresionante como va cambiando el paisaje cuando se viaja desde Katmandú a Chitwan por tierra. Las montañas van desapareciendo poco a poco para dejar paso al horizonte. Poder ver la puesta de sol en Nepal, fue espectacular. Además, los campos llanos de flores amarillas me recordaron bastante a la primavera en mi tierra, y esa nostalgia es siempre una buena señal.
En Chitwan se puede recorrer el Parque Nacional de varias formas. A pie (cosa que descarté por miedo a encontrar un tigre), a lomos de un elefante y en jeep. Elegí las dos últimas, una por la mañana y otra por la tarde. Pude ver unos cuantos animales comiendo tranquilamente mientras las cámaras hacían fotos sin parar. También vi rinocerontes, algo que es complicado. Lo que no pude fue cumplir mi sueño de ver un tigre de bengala, animal que me tiene enamorada.
Me queda poco tiempo en este país, y por supuesto quiero estrujarlo al máximo. Pronto estaré de nuevo en España valorando cada cosa básica de forma completamente diferente a como lo hacía antes. Supongo que viajar y vivir fuera conlleva un aprendizaje que no adquirimos de otra forma. Disfrutad de la jungla.
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